
La abeja Muchopica
no para picar.
Su nombre es Mica
y no la quieren ni mirar.
Anda con cuidado,
no la hagas enfadar,
o un pinchazo
te vas a llevar.
La pobre abejita,
no podía jugar.
Ni siquiera una amiguita,
y se puso a llorar.
Paseando por las olas
conoció a un señor,
pues ya no iba sola.
Se fueron los dos
juntitos al sol.